Podría jurar que entre menos pienso en que pase algo te encuentro entre la muchedumbre, la última vez era domingo, el sol golpeaba la parte trasera de mi gorra blanca hecha esponja de sudor y entre sorbos de algo parecido al agua te ví, debo aceptar que la primera mirada fue a tu culo, aquel marcado y pomposo balón gris marca PUMA con visos rojos que me hipnotizaba mientras jadeaba tratando de alcanzarte ya que llevaba más tiempo corriendo que tu hermoso cuerpo. El sol no sólo calentaba el asfalto y mis piernas no eran mis únicos músculos tensionados; estaba loco y en mis años mozos atrevido y desenfrenado era en eso de los 17. Quería agarrar tu cintura de 23, rasgar esos chicles, abrir tus piernas y hacerte mía en medio del pavimento acalorado sudoroso y húmedo que pisaba en mi mente.
Tardé en hablarte más por miedo a estar hediondo que por otra cosa, esperé que compraras un salpicón al final de tu seductora jornada y un "hola" bastó para verte nerviosa; (los detalles de la conversación prefiero guardármelos) por la misma, quedamos que en 198 horas luego de despedirnos saldríamos a tomar cerveza a unas cuadras de ahí y así fue. Cambiamos la caliente calle por un par de sillas de metal frías y en ese otro ambiente hablamos de muchas cosas poco interesantes y tanto las sonrisas como las ganas se diluían como hielos en los vasos plásticos, reunión algo nefasta que a los 35 minutos terminó agonizante.
Raro es el caso que olvidar es la mejor opción para que aparezcas cuando 2 semanas después te vi en las mismas y hermosas condiciones del primer encuentro, esa vez hablamos poco de nuestros pasados y a eso de las 4 de la tarde acabamos en mi alcoba haciendo más ejercicio que en las 2 semanas en que te había conocido.
Antes que tu voz se fundiera en el viento y tu pelo negro muriera en un recuerdo, me di cuenta que no es necesario hablar mucho para estar unido en algo más profundo que la pasión y que seguro estaré presente en tu mente hasta que decidas volver a llamarme, ya que en eso quedamos, tierna aventurera.
Espero inspirar a escribir, espero entretener un poco y hacer vibrar ilusiones moribundas porque nada está muerto, espero enloquecer y para eso escribo pues como dije antes respiro para limpiar mis pulmones y ellos están para vivir... (Fragmento luna loca... Miguel Gómez)
martes, 18 de septiembre de 2012
miércoles, 18 de julio de 2012
Corazón y mente...
Me prometí a mi mismo dejar de mentir por amor, a no llorar y a no temer por mi cabeza loca que no me deja pensar cuando desespero. Valentía ajena pediré prestada y con crayola pintaré su aura de modo que parezca hermana de este miedo hijo mío... Acostumbrarse el final y yo soy todavía el prólogo.
Dejaré mi mente atada donde se merece y elevaré vuelo muy pronto, mis alas se secan a la tenue luz de una película y una simple conversación nocturna que deja más puntos en claro que semanas de soledad y kilómetros recorridos... Ahora descanso porque el sudor lleva sangre de no precisamente mi corazón.
Dejaré mi mente atada donde se merece y elevaré vuelo muy pronto, mis alas se secan a la tenue luz de una película y una simple conversación nocturna que deja más puntos en claro que semanas de soledad y kilómetros recorridos... Ahora descanso porque el sudor lleva sangre de no precisamente mi corazón.
jueves, 12 de julio de 2012
Palabras "mudas"...
Momentos de inspiración van y vienen en una mente que se mueve con el viento, libre o no tengo entusiasmo de enfrentarme y ver debajo de la manta color vino que huele mentira frasca todavía, mentira en cada pétalo divino donde mis sentidos se posan y con el sentir con que nací percatan y ahondan más que muchos y menos de lo suficiente...
Aquí o allá hay pistas, agonizantes y articuladas en sombras guardianes amaestradas como monos y aca sigo... Pensando si primero debo analizar al mundo o a mi mismo y tal vez no sea capaz de ambas cosas mientras todo da vueltas y un libro más se cierra.
Aquí o allá hay pistas, agonizantes y articuladas en sombras guardianes amaestradas como monos y aca sigo... Pensando si primero debo analizar al mundo o a mi mismo y tal vez no sea capaz de ambas cosas mientras todo da vueltas y un libro más se cierra.
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