Los libros se caen de la repisa soltando de forma brusca polvo que te hace llorar.
Nadie dijo que fuera fácil el cambio, que los libros viejos podían desecharse sin dolor, ni que su quema misma no ardería en ti y te haría vomitar.
En el intento cambia el aire y el color mismo de tus ojos.
Tu mente se lava y el blanco es sano, degustable y hermoso; Pues ahora puedes llenarte con sexo y alcohol sin remordimiento, crece todo en ti.
De a poco tu espina parece acordeón, tomando oxigeno precioso, resurges de manera graciosa, como un preso escapando de prisión, y así continúas, exhalando un contenido más pesado que antes.
Muescas de esto y aquello saltan a la vista, pelea el polvo con el cielo contradiciéndose sanamente; Brillas, mucho más, más que nunca, más que siempre, y te mareas.
Buscas un muro para no caerte, más sexo y diversión para calmar las espinas y el frío necesarios hasta que tus ojos aprenden a entender este nuevo ideal y todo cesa, te sientes un escalón más arriba, eres libre, abajo quedan tus lágrimas y la mierda de tu antiguo mundo, al final cansado y de forma humilde sólo sonríes.
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