Después del tropiezo (hoy llamémoslo zancadilla) ocurre el milagro, el hombre aprendió y se glorifica por ser más sabio y estar más cerca de ese espejo que refleja un orgulloso sueño egoísta.
¿Por qué aprendemos con el tacto y no con el oído?
¿Por qué forzamos a la mente a creer nuestras propias mentiras?
¿Por qué muchas veces cuando podemos sonreír levantamos el orgullo y nos hacemos los fuertes?
¿Por qué preferimos guardar 50 pesos que sabemos que no nos sirven de nada en vez de dárselos a una anciana callejera con ojos apagados que sí los necesita?
Quizás estas preguntas se respondan solas, quizá no!
Quizá somos más negros que el ladrón que nos clava un cuchillo a mitad de la noche y no lo aceptamos, quizá no!
Quizá deberíamos cerrar capítulos donde nuestro corazón fue golpeado y amar como nunca, quizá no!
Quizás el ser humano algún día abra los ojos (me incluyo) y comprenda que la oscuridad es sólo una sombra que balancea el universo, quizá no!
Yo todavía tengo fe y creo que muy pronto volveremos a ser libres como aquella materia prima de la cual estamos hechos.
Quizás el amor...